lunes, 1 de diciembre de 2014
La gárgola de Notre Dame
La monumentalidad de París desborda. Supera. Por ratos es tan abrumadora que el visitante se sume en una suerte de melancolía. Hasta las gárgolas de Notre Dame mantienen su mirada perdida en el horizonte, con el incomparable fondo de lienzo que es la colina de Montmartre.
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