Catedrales de mármol

Hay quien las llama catedrales de mármol. Quien prefiere referirse a ellas como capillas de mármol. Es lo de menos. Lo que importa es admirar el trabajo paciente del tiempo, de las aguas turquesa del Lago General Carrera, de los helados vientos patagónicos. Las formas, las cuevas, los islotes, las líneas esculpidas sobre la piedra, los contrastes. La maestría artística de la Naturaleza en los recónditos paisajes del Sur.