Open

Slow traveling


La primera visita a una ciudad se ve, inevitablemente, condicionada por el "tengo que verlo todo". Queramos o no. La presión baja en los sucesivos viajes. Quizás al tercero, seguro al cuarto, nos damos cuenta del enorme placer del slow traveling. Sustituimos el ansia de conocer, de fotografiar, de poder contar, por el de vivir con intensidad pero sin prisa cada momento. Cada vista, cada atardecer, cada cerveza, cada plaza. Lisboa es la Meca del slow traveling: apurar la puesta de sol sobre Alfama, sobre el Castelo de Sao Jorge, desde el Jardim de Sao Pedro de Alcántara, en el Bairro Alto. Por ejemplo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario